Ahora bien, en la actualidad el mundo vive la gran demanda de hidrocarburos, especialmente el gas y el petróleo, llevando a que las potencias mundiales busquen nuevas fuentes de energía como el uranio que es un metal, un mineral y uno de los componentes esenciales de los reactores nucleares, muchos de ellos utilizados para producir electricidad. Este metal es muy pesado y relativamente escaso en la naturaleza, además es radioactivo y tiene usos industriales, medicinales y de valor energético.
Algunos estudios realizados a Santander muestran que es una zona privilegiada de uranio, pues se han hallado yacimientos de este mineral en Chima y la región comunera; estos datos fueron suministrados por la compañía canadiense KPS, que a la vez argumento que sólo en 18 países del mundo se ha encontrado uranio. Si la cantidad de uranio encontrada en Santander es significativa se iniciará el proceso de explotación.

Entonces, ¿esto será bueno para el Medio Ambiente?, Definitivamente no, pues todas las experiencias de explotación del Uranio en el mundo han generado deterioro de la calidad del medio ambiente y salud de sus habitantes.
Para extraer el Uranio se dinamitan extensas áreas donde se encuentra el mineral esparcido, luego las rocas y piedras se muelen y pasan a diques de colas (construcción que deben realizar las empresas de minería como depósito de los desechos) donde se les realiza un proceso denominado lixiviación para atrapar los minerales requeridos mediante una solución de agua y ácido sulfúrico. Este proceso separa las partes sólidas de las líquidas para obtener el concentrado de uranio, generándose residuos peligrosos.
"Hay un cálculo elemental que determina que por tonelada de Uranio se generan 3.700 litros de residuos líquidos contaminantes y cien veces el peso del material en residuos de radio. Entre estos residuos se hallan las denominadas colas que contienen uranio, radio 226, radio 222, cromo, vanadio, molibdeno, cobre, níquel, cobalto, hierro y distintos compuestos químicos como el ácido sulfúrico, isodecanol, carbonato más hidróxido de sodio, bióxido de manganeso, etc. Lo que se dice una verdadera sopa química y radiactiva, siendo un verdadero cóctel amenazante para el ecosistema vigente en ese lugar. Los compuestos radiactivos poseen una vida media, según sean, de días hasta miles de años”.
Creemos que las consecuencias en esa zona santandereana serían devastadoras reflejadas en la deforestación, infertilidad del suelo, contaminación del aire y ríos, enfermedades en humanos como cáncer, leucemia y malformaciones genéticas, por mencionar algunas; debido a lo anterior y porque queremos a Santander, debemos promover un NO rotundo a la explotación de Uranio.
